17 noviembre 2011

DISEÑO Y CONSTRUCCION DE UN MODULO POLIEDRICO - ARQ. MANUEL VILLA

En las afueras de Bogotá, el arquitecto Manuel Villa proyectó esta pequeña construcción que sirve de espacio complementario al domicilio de una familia con un hijo de unos pocos años. El arquitecto cuenta  el porqué del poliedro y cómo el proceso de diseño iba de mano del proceso de construcción.

¿Cuál es el concepto clave del proyecto? ¿Surgió de una idea, del lugar, del usuario?
El proyecto consiste en concebir en el jardín posterior de una vivienda unifamiliar localizada a las afueras de la ciudad, un pequeño parque o espacio abierto, en el que los padres en compañía de su nuevo hijo, construyan un espacio independiente a los espacios domésticos de la casa, para compartir momentos de esparcimiento, juego, lectura, etc. Para cumplir los objetivos propuestos y proyectando el uso del espacio a largo plazo, se plantea que el espacio abierto este apoyado por una pequeña construcción que complemente y soporte las actividades exteriores, y que sirva como una especie de refugio en el que el niño comparta con sus padres, y en el que al largo plazo, él desarrolle las actividades de su interés particular.


 
 
La construcción de apoyo, orientada de cara hacia el paisaje natural, se constituye en un espacio complementario, que presta las funciones de protección, resguardo, o zona de estancia. Buscando concebir una estructura liviana, que materialice las sensaciones de protección y cobijo, y que permita el desarrollo de ciertas actividades al interior, actividades entorno al aprendizaje y percepción del espacio. El proyecto para su materialización toma como concepto fundamental los procesos perceptuales de las formas de un niño en sus primero años; para los niños las formas puras son uno de los factores fundamentales para el desarrollo de su conocimiento, a través de ellas y de su diferenciación se le introduce al aprendizaje de la lectura y posteriormente al dominio de los fundamentos geométricos. Se proyecta así un Poliedro Regular -“Cuboctaedro Truncado”-, transformado en un espacio habitable; un volumen autoportante abierto por uno de sus frentes hacia el paisaje, con pequeñas aberturas en sus costados y en la parte superior, para permitir la entrada de la luz natural y óptimas condiciones de ventilación. Al interior se dota el espacio con una zona de dibujo, un mueble auxiliar y una zona de descanso –sofá-






Proceso constructivo
¿Cómo relaciona este proyecto con otros de sus proyectos?
Formalmente hace parte de una exploración entorno a volúmenes autoportántes y sistemas de proyección mediante arquitectura desdoblada que hemos venido haciendo en el proyecto del Bar de Astrid y Gastón y el proceso de diseño de las Cubiertas para las Puertas de Acceso a Corabastos. A nivel de planteamiento es una reflexión y redefinición de las tipologías convencionales en arquitectura, buscando que el usuario explore y construya nuevas relaciones con el espacio y su percepción.

¿Qué tanto y cómo se transformó el proyecto del diseño a la construcción?

Realmente lo interesante del proyecto es que por tratarse de un poliedro, una pieza geométrica autoportante en la que su forma y estructura están totalmente compenetradas, los límites de los procesos fueron un poco difusos. El diseño arquitectónico y el diseño estructural eran difícilmente identificables por separado. El proyecto se empezó a construir desde el primer momento en que se fabricaron los modelos, que fueron incluso antes del elaborar el primer dibujo técnico arquitectónico. Se podría decir que el proceso de diseño no fue lineal, fue aleatorio. Los procedimientos y tomas de decisiones surgieron en la medida que eran necesarios.







¿Cómo y por qué eligió los materiales?

El material seleccionado para elaborar el proyecto debía ser un material resistente estructuralmente, liviano, y sobre todo un material que dotara al espacio interior de una sensación de calidez y cobijo, para lograr lo que nos habíamos propuesto al inicio. La madera sin dudas era el material ideal, y el pino por su calidez y capacidad estructural fortalecía aún más el planteamiento. Su tonalidad imprime al interior un color dorado que fortalece la percepción entre el interior y el exterior, y carga al espacio con un calidez insuperable. 





En el interior se aprovecha la calidez y la capacidad estructural del pino 

Constructivamente, ¿cuál fue el detalle más crítico, el más exigente de resolver?

Primero lo más complejo consistió en definir la metodología para aproximarse a la escala real del proyecto desde un modelo en papel a escala 1:25, para lo cual debimos elaborar varios modelos en los que gradualmente se iban solucionando problemas de diseño. Una vez lograda la estructura básica en madera, los procesos de diseño y construcción consistieron en una especie de trabajo de modistería a medida sobre el modelo a escala real. El recubrimiento en teja shingle en las superficies de pendiente negativa, y el marco metálico de remate que contiene la ventanería tal vez fueron los detalles más críticos de resolver. 

¿Qué es lo que más le gusta del proyecto?

La integración entre los aspectos estéticos y constructivos y la atemporalidad de la pieza.

¿Qué haría diferente si tuviera la oportunidad de volverlo a hacer?

De su estructura principal no cambiaría nada, simplemente lo cambiaría de contexto, suspendiéndolo como una estructura colgante en un bosque o en un acantilado de roca, lo cual es absolutamente viable por su comportamiento estructural; y revaluaría el material de recubrimiento de acuerdo a las condiciones de clima establecidas. 





¿Visita el proyecto después de finalizada su construcción? ¿Por qué sí o por qué no?
Si lo visito. Por dos razones fundamentales: porque cada vez entiendo más cosas en torno a la idea que lo generó; y porque creo que el proyecto de arquitectura debe tener una etapa de seguimiento posterior a su finalización, para hacer ajustes que aparecen con su uso y puesta en marcha. La obra de arquitectura cobra validez en la medida que cobra vida y se convierte en un dispositivo estético.


Ficha técnica
Nombre del proyecto: Poliedro habitable
Categoría: Arquitectura de pequeño formato
Ubicación: Bogotá, Colombia.
Cliente: Particular
Arquitecto: Arq. Manuel Villa Largacha.
Colaboradores: Arq. Alberto González, Ana María Largacha (jardinería)
Constructor: Arq. Manuel Villa Largacha.
Área del lote: 100 m2 aprox.
Área construida: 9 m2 aprox.
Costo de la obra: 25’000.000
Año: 2009
Materiales y proveedores: Estructura y cerramiento en madera pino y deck en madera teka: carpintero ebanista Luis Carlos Garzón. Estructura metálica: ornamentador Adonaí Sánchez. Recubrimiento en manto y teja shingle negra hexagonal: Edil Andina Ltda. Domo acrílico, vidrios y sellamientos: Acrílicos de la Sabana. 

http://a57arquitecturaencolombia.blogspot.com/2009/05/una-especie-de-refugio-para-un-nino.html

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